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En esencia, la Orden Rosacruz es un grupo mítico y filosófico que se ha esparcido por diversos rincones del mundo cuyo objetivo es enseñar a sus miembros sobre los misterios del mundo y sobre los propios. De la misma forma que la Iglesia Católica cuenta con parroquias con diversos nombres y estilos, existen diversas órdenes y fraternidades rosacruces, que pueden diferir unas de otras en la forma y esencia de la enseñanza.
Pero todas buscan un mismo propósito: dar continuidad a la obra de Christian Rosenkreuz, un monje alemán que habría vivido durante el siglo XIV y que fundó la primera Orden en Europa para divulgar aquello que aprendió con maestres musulmanes de las artes ocultas. La Antigua y Mística Orden de la Rosa-Cruz (AMORC), una de las más grandes del mundo, afirma que sus prácticas ofrecen beneficios tanto a un nivel físico, aplicando técnicas para reducir el estrés y acelerar los procesos de sanación, como a un nivel mental y espiritual, con técnicas que activan la conciencia objetiva, el subconsciente y la relación de cada ser con el “todo”.
Los orígenes de la Rosacruz se remontan al 1,600 a.C., con las escuelas egipcias de misterios. En el siglo XIV, después de instruirse en las artes ocultas con maestres de Damasco, Egipto y Marruecos, el monje alemán Christian Rosenkreuz habría fundado la “Casa Sancti Spiritus” para empezar a divulgar lo que aprendió. Todo esto lejos de la mirada punitiva de la Iglesia Católica que, en aquella época, quemaba a todo aquel que mostraba interés por otro tipo de filosofía. Para algunos estudiosos Rosenkreuz jamás existió, muchos creen que no es más que una fábula.
Tras la muerte de Rosenkreuz, el movimiento se debilitó y finalmente desapareció. En el siglo XVII, su tumba habría sido descubierta por el pastor luterano Johann Andreae. Sumamente interesado por la historia, elaboró tres manifiestos en los que relata cómo Rosenkreuz había adquirido su sabiduría secreta – que solo se revelaría a los iniciados.
Los tres manifiestos obra de Andreae son conocidos como Fama Fraternitatis Rosae Crucis, La Confessio Fraternitatis y las Bodas alquímicas de Christian Rosenkreuz. Además de relatar vida y obra de Rosenkreuz, estos documentos introducían al mundo la idea de la Rosacruz, cuyas prácticas tenían la intención de libertar a los hermanos humanos del “error y la muerte”. Los textos se hicieron famosos por todo el continente europeo.
En la actualidad, varias organizaciones se autoproclaman herederas del círculo inicial y cuentan con métodos particulares para transmitir las enseñanzas de Rosenkreuz. Por ejemplo, la AMORC se fundó en el año de 1915 y probablemente sea la más grande de las Órdenes, con Organismos Afiliados (como se les conoce a las sedes de la institución) en todo el mundo.
El rango de mayor importancia pertenece al francés Christian Bernard. Con el título de Imperator, se encarga de dirigir a toda la organización desde una sede mundial, en los Estados Unidos. En México, el comando está a cargo de Gran Maestro Roland Brisson de la Orden Rosacruz A.M.O.R.C. para los países de Habla Hispana de América con sede en León, Guanajuato. Cualquier persona mayor de 18 años puede intentar afiliarse. La inscripción se hace por Internet y se cobra una cuota trimestral.
La AMORC periódicamente envía a sus miembros folletos que denominan Monografías Oficiales con temas propuestos para profundizar. El Frater o Soror (como se les llama a hombres y mujeres de la orden) debe estudiar en un lugar de la casa preparado especialmente para eso, a este sitio se le conoce como Sanctum (sin connotación religiosa). Quien así lo desea puede complementar su aprendizaje en las reuniones de algún Organismo Afiliado.
En los Organismos Afiliados también tienen lugar ceremonias místicas y meditaciones grupales. Según la institución, los antiguos egipcios aprendieron que la escenificación dramática de varios principios facilita su enseñanza y hace que las lecciones sean más fáciles de asimilar. Entonces, los rituales practicados en el templo son una especie de “obras teatrales”, con una función pedagógica y psicológica, carentes de cualquier carácter religioso.
El estudio en la AMORC se divide en 12 grados. La cuenta inicia solamente después de un año investigando y participando en la Orden. En promedio, toma cerca de nueve años concluir los estudios y llegar a la “Sección de Iluminados”, el grado más alto, que tienen reuniones exclusivas.
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