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La lógica nos dice que si un avión ligero pierde su motor en pleno vuelo, seguramente logra planear durante unos instantes. Mientras que un helicóptero sin motores caería del cielo como un ladrillo, ¿cierto? Bueno, la lógica común no siempre atiende a las leyes de la física. Alguien apagó un helicóptero en pleno vuelo solo para demostrar que es perfectamente posible aterrizar con suavidad gracias a algo (que muchos ya conocen) llamado autorrotación.
Todo este chisme empezó cuando Neil deGrasse Tyson, popular divulgador científico y astrofísico estadounidense, afirmó en Twitter que “para tu información: un avión al que le fallan los motores planea. Un helicóptero con falla en los motores es un ladrillo”. Destin Sandlin, el presentador en YouTube del canal Smarter Every Day, quiso demostrar que tal afirmación era totalmente errónea y fue a consultar a pilotos experimentados para que lo ayudarán en su emprendimiento.
Primero se subió al helicóptero con el piloto Bradley Freisen y recorrió los hermosos paisajes de la Columbia Británica, en la costa oeste de Canadá. Después fueron en búsqueda del piloto Gerry Friesen para que demostrara cómo es posible aterrizar suavemente sin los motores. Gerry es un experimentado piloto con más de 16 mil horas de vuelo, y aceptó el desafío.
“Si la hélice deja de girar, caerás como un ladrillo”, le dijo Destin. Sin embargo, si la hélice continua girando, incluso sin la fuerza del motor, es posible, cambiando el ángulo de las hélices (rotor), hacer que la nave descienda de forma mucho más suave que si estuviera en caída libre.
Gerry dice que se requiere de mucho entrenamiento, y que incluso comprendiendo la teoría, el piloto solo aprende a hacerlo cuando pone la técnica en práctica. Este control tiene lugar con la ayuda de una palanca que cambia el ángulo del rotor. La técnica se conoce como autorrotación.
Las hélices pueden comportarse como las aspas de un ventilador o un rehilete.
Para explicar la forma en que el rotor se comporta en las diferentes situaciones, Destin usa un ventilador y un rehilete como ejemplo. Cuando el motor funciona, el rotor gira como un ventilador gigantesco que sopla aire hacia abajo. Si deja de funcionar deja de soplar y empieza a caer, cambiando la dirección del flujo de aire que pasa por el rotor.
Durante una caída con el rotor aún en movimiento, es posible aprovechar el flujo de aire de abajo hacia arriba. Al variar el ángulo de las palas, dejan de comportarse como un rehilete y pasan a comportarse como un ventilador nuevamente.
Usando el flujo de aire de abajo hacia arriba como impulsor para mover las palas, el piloto puede hacer que ese movimiento sea suficiente para disminuir la velocidad de descenso del helicóptero. Échale un vistazo al aterrizaje con los motores apagados que hizo este grupo de locos.
Estoy seguro que esto es algo que aprenden todos los pilotos de helicóptero, y en realidad he visto aterrizajes mucho más suaves. Al menos ahora sabemos la ciencia tras esta técnica. Si te quedaron ganas de más, aquí tienes un montón de acrobacias en helicópteros.
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