Un inventor británico llamado Jake Dyson fabrica una lámpara LED que puede mantenerse encendida hasta por 40 años. Quizá se trata de la lámpara más barata, inteligente y amigable con el medio ambiente creada hasta la fecha.
Jake fundó la empresa Dyson Lighting en 2004 que se convirtió en subsidiaria de la Dyson, una empresa creada por su padre, James Dyson. La empresa solo comercializa dos modelos de lámpara: la CSYS, una lámpara tanto de piso como de mesa y la Cu-Beam, una lámpara de techo. Ambas cuentan con LEDs que, según Dyson, están diseñados para durar toda la vida siempre y cuando no se sobrecalienten.
“Nuestros modelos cuentan con tubos de calor que extraen el calor de los LEDs y lo disipan fuera del dispositivo”, declaró Dyson a Tech Insider. “Esto ayuda a mantenerlos frescos y a protegerlos de daños que de otra forma sucederían”.
Sin estos daños, los LEDs pueden tener una vida útil de hasta cuatro décadas con pleno brillo. Pero incluso una vez terminado este periodo, Dyson puntualiza que no se funden, sino que brillan con un 70% de su intensidad original.
Nadando contra corriente.
Lo que convierte a esto en algo novedoso es que, contra toda intuición, la mayoría de los fabricantes simplemente permiten que las lámparas se calienten. Aunque podrían ahorrarles a sus clientes la tarea de tener que sustituir las lámparas de forma periódica – la tecnología de disipación de calor existe desde hace mucho en cosas como microprocesadores – muchos fabricantes abrazan las opciones de baja tecnología.
Y, como para la mayoría de nosotros, para Dyson el motivo también es simple: “el mercado de las lámparas desechables vale miles de millones de dólares por año en todo el mundo, de manera que no a muchos fabricantes les interesa crear productos de iluminación que duren toda la vida”, dice. “Veo algunos paralelos entre cuando mi padre fue pionero de la primera aspiradora sin bolso. En aquella época, otros fabricantes rechazaron la idea pues vender bolsos de vacío desechables era un negocio”.
Así, el objetivo más ambicioso de Dayson no es solo reinventar la lámpara. Tiene la intención de cambiar la forma en que las personas piensan sobre la iluminación en general, al igual que hizo Edison cuando le ofreció a la humanidad una alternativa a la quema de petróleo. El ahorro para los consumidores a largo plazo puede ser muy significativo, quizá cientos o miles de dólares.
La disminución de los desechos también haría un bien al planeta. “Me gustaría ver a más fabricantes pensando de forma sustentable, desarrollando productos de iluminación que no requieran de lámparas que tengan que ser descartadas tras un periodo relativamente corto de tiempo”.
El artículo Por fin, una lámpara que dura toda la vida fue publicado en Marcianos.
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