Toma asiento y relájate, por favor. Nuestro universo observable es, en realidad, 320 millones de años luz más pequeño de lo que se crecía, nada tan grave como para transformar nuestro rincón cósmico en una especie de vagón de Metro en hora pico, pero que sí nos resta incontables kilómetros de paisaje celestial.
Dicha conclusión proviene de un par de científicos de la Universidad de Filadelfia, en los Estados Unidos: Paul Halpern y Nick Tomasello emplearon información recolectada por el satélite Plank de la Agencia Espacial Europea (ESA) y publicarán sus observaciones en la próxima edición de la revista científica Advances in Astrophysics.
En la práctica, la disminución representa el 0.7%, es decir, fuimos de 45.66 a 45.34 mil millones de años luz. Esa variación negativa de 320 millones de años luz puede que no parezca mucho en una escala cósmica, pero tampoco es bueno para nuestro ego saber que buena parte de lo que existe ni siquiera llegará a ser visto por nosotros.
A decir verdad no se sabe si el universo es infinito o no. Y es muy probable que no lo descubramos en un futuro próximo. Pero aunque resulte finito, es tan grande que en la práctica eso no representa ninguna diferencia para nosotros, los observadores desde este planeta. El motivo es muy sencillo: el universo tiene 13.7 mil millones de años, con un margen de error de más o menos 0.2 mil millones de años. Es decir: la luz de todos los astros visibles que nos rodean tiene, básicamente, 13.7 mil millones de años para viajar en el espacio
. Es por eso que vemos estrellas que están mucho más allá de lo que podemos soñar en alcanzar.
Sin embargo, es primordial que no olvidemos un detalle: el universo es tan vasto que gran parte de las cosas que lo componen están a más de 13.7 mil millones de años luz de nosotros. En otras palabras, no vemos la mayor parte de las cosas que existen porque ni la propia edad del universo es tiempo suficiente para que su luz llegue hasta aquí.
Estamos hablando del concepto de horizonte cósmico, es decir, la totalidad del universo observable. No satisfecha con crear un universo tan colosal, la naturaleza decidió que lo expandiría. Eso quiere decir que, por cada paso que la luz da al frente, el universo se estira un poco y la obliga a avanzar más – otra variable que fue tomada en consideración cuando físicos y astrónomos calcularon el horizonte cósmico.
Los cálculos son muy complicados, pero no imposibles. Una primera estimación se hizo en 2003 por el equipo del físico J. Richard Gott, en aquella época nuestro universo observable supuestamente tenía 45.66 mil millones de años luz de radio y 91.32 mil millones de años luz de diámetro. Podríamos ver cualquier cosa que se encuentre a 45.66 mil millones de años luz de nosotros en cualquier dirección. Considerando que un año luz equivale a 9.46 × 1012 km (9.4 billones de kilómetros), es fácil darnos cuenta del tamaño tan absurdo del universo respecto a nosotros.
Y aunque esta nueva investigación ha reducido su tamaño, el universo sigue siendo lo suficientemente grande como para guardar misterios que el ser humano jamás será capaz de descubrir.
El artículo El universo observable es más pequeño de lo que se creía fue publicado en Marcianos.
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