Desde hace aproximadamente una década despegó una tendencia por adquirir perros de cara chata: pugs, boxers, buldogs franceses, Shih Tzu entre otras razas populares. Esta tendencia es producto de varios factores como la visibilidad de estas razas, el aumento de las poblaciones urbanas (perros más pequeños para espacios reducidos) y posiblemente de su popularización en la cultura Pop: es imposible no recordar la aparición de Frank en Hombres de Negro (1997).
No es que se les quiera restar méritos, cada perro es especial a su manera. Estas son razas pequeñas, especialmente puras y consideradas fuentes inagotables de ternura – generalmente tienen una personalidad afable, miradas entrañables y resultan bastante fotogénicos ante las cámaras, por lo que son ideales para compartir en redes sociales.
¿Cuál sería su característica más tierna? ¿Sus caras esponjosas? ¿Sus patas cortas y cuerpos chonchos? ¿O sus colas doblemente encrespadas?
Los perros y la genética.
Esa cola enrollada posiblemente te resulte menos tierna si sabes que es un defecto genético con fines exclusivamente de raza, que en su forma más grave puede llevarlos a la parálisis. ¿Y sus narices chatas? Se han obtenido de forma selectiva para hacerlas cada vez más pequeñas y cortas, hecho que les dificulta a estos perros actividades tan primordiales como comer y respirar, provocándoles efectos a cuentagotas como estrés cardiovascular, prolapsos oculares, aumento excesivo de su temperatura corporal (dado que las glándulas sudoríparas en su cuerpo no los ayudan a refrescarse, con excepción de las de la nariz y las que hay en las almohadillas de las patas, jadean para expulsar el calor mediante la evaporación), aumento de peso excesivo debido a su estilo de vida sedentario, apiñamiento dental, colapso del paladar y dermatitis entre los pliegues de la piel. Son un verdadero “desastre anatómico” escondido bajo una capa de supuesta ternura.
Pese a las numerosas cirugías correctivas y al diseño de planes de tratamiento para estos perros, los veterinarios rara vez mencionan la total falta de ética que existe en el acto de crear demanda con perros genéticamente deficientes, y callan por una razón: es malo para el negocio. “Si me levanto y digo la verdad sobre estas razas, sería inmediatamente alienado por [los dueños] quienes acudirían al veterinario más próximo y menos franco. En general, los veterinarios no pueden darse el lujo de ser honestos y hablar”, declaró un veterinario anónimo a The Guardian.
Los veterinarios recomiendan no comprar.
Sin embargo, la Asociación Británica de Veterinarios (BVA), que representa a todos los veterinarios del Reino Unido, está en mejores condiciones de proclamarse al respecto. Este año ha llevado a cabo varias declaraciones sobre la compra y venta de perros braquicéfalos, en estas declaraciones ha expresado su preocupación por la salud y el bienestar de los perros. “El incremento en la popularidad de estos perros ha venido a aumentar el sufrimiento animal y ha dado lugar a mascotas enfermas para sus dueños, por lo que recomendamos a las personas pensar en la elección de una raza sana o cruzas”. Declaró Sean Wensley, presidente de la BVA.
Se dice que los perros producto de la cruza de razas son mucho más sanos que los perros de raza pura, algo que los criadores de perros refutan en cada oportunidad que se les presenta, pero un estudio de 2013 arrojó información bastante valiosa en este debate que estaba sesgado por la pasión y el lucro.
Utilizando el registro médico de más de 27 mil perros y comparando la incidencia de 24 trastornos genéticos, en perros cruzados contra perros de raza pura, los investigadores encontraron que 10 de estos trastornos genéticos tenían una incidencia mucho mayor en los perros de raza pura, y solo 1 de los trastornos resultó preponderante entre los perros cruzados. En los 13 trastornos restantes, la incidencia fue bastante equitativa en los dos grupos.
La moda de los animales genéticamente deficientes.
¿Por qué este conjunto de rasgos físicos en los perros (y gatos) se ha vuelto tan atractivo para los humanos? Mientras los perros siguen siendo las mascotas principales de las familias, evidentemente los gatos gozan de más popularidad en el mundo digital. Dos de los gatos más virales en Internet son Lil Bub y Grumpy Cat (también conocido como Tardar Sauce).
¿Por qué Lil Bub y Grumpy Cat son tan populares? Bueno, porque… ¿cómo te lo decimos?… son genéticamente “deficientes” (espero no haber herido la sensibilidad de nadie hasta este punto). Lil Bub fue el más pequeño de la camada, tiene una lengua que siempre está colgando debido a que su mandíbula inferior es anormalmente corta y además no tiene dientes. También sufre de una seria osteoporosis y recibe medicamento para su condición. Grumpy Cat padece enanismo felino y prognatismo, esto último es lo que le da la apariencia de gato enojado.
Muchos de los gatos más populares en Internet son discapacitados o tienen algún tipo de mutación genética, como trastornos en la visión, paladar hendido, carecen de puente nasal o tienen heterocromía. Sin embargo, existe una enorme diferencia entre amar a un animal con una mutación genética e intencionalmente provocarle mutaciones genéticas, o hacer florecer una industria en base a esto.
Entre las mascotas domésticas, existe una tendencia por fetichizar lo extraño. Lo feo es lindo, y lo deforme es único. Es una especie de espectáculo victoriano reformado, y lo amamos. Desde cierto punto de vista puede verse como un cambio de actitud sorprendentemente progresivo – imagina que los humanos reconocieran, e incluso admiraran, la diversidad de las personas al mismo grado. Pero nos inclinamos más por evitar el contacto visual con personas discapacitadas que por interactuar con ellas.
Cuando se trata de nuestras actitudes, la inconsistencia entre los seres humanos y los animales no humanos es enorme. Vía.
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