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Nos hemos acostumbrado tanto a las escenas imposibles en el cine (de ficción o no) que nuestro cerebro parece haberse vuelto susceptible de caer en el engaño. Individuos saltando entre edificios, explosiones dramáticas y rescates improbables mantienen a la audiencia con la boca abierta. A continuación te presentamos algunas muertes científicamente improbables que tendemos a aceptar como ciertas gracias al cine.
5 – No te puedes hundir en lava.
Sumergirse en lava volcánica probablemente es una de las formas más horrorosas de dejar este mundo. Sin embargo, es imposible que un ser humano pueda aventarse un chapuzón en esta sustancia. Con temperaturas que superan los 1000 °C, tres veces más densa y cien mil veces más viscosa que el agua, la lava haría que un ser humano se incinerara inmediatamente, por lo que sería imposible que se ahogara y, mucho menos, que hiciera la señal de dedito arriba como Arnold Schwarzenegger en Terminator 2 (aunque cabe aclarar que aquello no era lava). Esa escena del final de Gollum en El Señor de los Anillos: El Retorno del Rey también es una blasfemia contra la física.
Esto es lo que realmente sucede cuando un tenis se pone en contacto con lava.
4 – Asesinar a alguien por estrangulación lleva mucho tiempo.
Por lo general, las escenas de estrangulamiento de las películas son rapidísimas: la víctima pelea por su vida durante unos segundos, ensancha los ojos, se debate durante unos segundos más y muere al instante. En la realidad, quitarle la vida a alguien sofocándolo lleva varios minutos. ¿Pero a quién le gustaría seguir una escena de asesinato de 15 minutos en películas que por lo general duran 107 minutos?
Los estranguladores de las películas también tienden a soltar a la víctima muy rápido. Apenas pierden la conciencia, las dejan. En realidad, eso haría que cualquier persona tuviera el reflejo de volver a respirar algunos segundos después.
Cada persona es diferente pero, en promedio, después de consumir todo el oxígeno que hay en la sangre, al cuerpo no le restan más que unos minutos de vida. Un minuto sin respirar destruye algunas células en el cerebro. Tres minutos se traducen en un daño cerebral severo. Pero al cuerpo le lleva entre 10 y 15 minutos morir de forma definitiva.
3 – Los tiburones no tienen sed de sangre humana.
Aunque tengan todo el porte de máquinas asesinas, los tiburones en realidad son animales tímidos y confusos cuando estamos presentes en su hábitat.
Entre los 98 ataques de tiburón sufridos por personas que no los provocaron en el 2015 (como buzos que quieren tocar a estos animales), solo ocho resultaron fatales. Solo para que nos demos una idea, ese mismo año 12 personas murieron mientras intentaban tomarse una selfie. Incluso esas personas que perdieron la vida después de ser atacadas no fueron destrozadas en pedacitos por los dientes del tiburón como solemos ver en las películas. En general, solo sufrieron una mordida que les provocó un desangramiento excesivo.
Los tiburones de gran porte como el tiburón blanco son naturalmente curiosos, y usan los dientes como los humanos usan las manos: para sentir textura, peso y forma. Se les conoce por mordisquear embarcaciones, boyas y cualquier otra cosa que llame su atención. Pero una pequeña “mordida” de estos animales provoca enormes daños en nuestro delicado cuerpo
2 – Las granadas son significan un muerte instantánea.
Hay diversos tipos de granada con diversos niveles de letalidad, pero en las películas generalmente vemos una parecida a esta:
Se les conoce como granadas de fragmentación y no son tan letales como Hollywood suele presumir. La estructura de una granada como esta es simple: el centro explosivo está rodeado de un material susceptible de fragmentarse. Cuando el centro explota, este material vuela por todas partes.
Quien está cerca de la explosión muere ahí mismo, pero esta granada es más utilizada para provocar caos y herir al enemigo que para matarlo. Después de todo, un soldado herido significa más trabajo para sus compañeros que un soldado muerto.
Otra cosa improbable que sucede en las películas con frecuencia es cuando alguien toma una granada del suelo lista para explotar y se la devuelve al enemigo. El tiempo que hay desde que se suelta y hasta la explosión es de tres a cinco segundos. Ese precisamente es el tiempo que le toma dejar la mano del enemigo y llegar hasta su destino.
Intentar colocar una granada dentro de un objeto como un refrigerador o bajo un casco tampoco es de mucha ayuda, pues no harías más que agregar material para que se convierta en peligrosas esquirlas durante la explosión.
1 – Es prácticamente imposible ahogarse en arena movediza.
A no ser que saltes de cabeza sobre arena movediza, es improbable morir sofocado por esta. De la misma forma que la lava, tiene una mayor densidad que el cuerpo humano, y aunque te pueda engullir a la altura de la cintura, no te sumirá más que eso.
Cuando los muñecos con la misma densidad que el cuerpo humano se lanzan sobre arena movediza, se hunden hasta la mitad y suelen emerger después de algún tiempo. Cracked
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