En la ilusión de la mano de goma reside el secreto de la forma en que nuestro cerebro ejecuta la percepción de las diversas partes del cuerpo. Si aún no la has visto, te la explicamos de forma resumida: un investigador pasa un pincel sobre una mano de goma y sobre la mano derecha del voluntario (que está oculta tras un separador), después de algún tiempo el investigador no tiene que pasar más el pincel por la mano del voluntario – simplemente con ver el pincel pasando por la mano de goma, el participante cree que es su mano. Se dice que el cerebro ha quedado vinculado con la mano de goma.
Los dramáticos resultados de este experimento llevaron a los neurocientíficos a comprobar una hipótesis que surgió en la década de 1990, la de que el cerebro mantiene un modelo de espacio alrededor de nuestro cuerpo, conocido como “espacio peripersonal”. En el experimento modificado de la mano de goma, los científicos hicieron que los voluntarios “sintieran” dicho espacio como si se tratara de una especie de “campo de energía”.
El espacio peripersonal.
Se denomina espacio peripersonal a la región que existe alrededor de nuestro cuerpo comprendida por distancias pequeñas. Es un espacio que cuando es perturbado por un objeto, provoca una reacción inmediata en el cerebro. Por ejemplo, cuando caminas bajo los árboles y una rama invade este espacio, la esquivas para no llevarte un golpe.
Los experimentos para comprobar la existencia de este espacio peripersonal se llevaron a cabo en monos en la década del 90. El científico Michael Graziano, de la Universidad Princeton en Nueva Jersey, Estados Unidos, registró la actividad eléctrica de las células cerebrales en el lóbulo parietal y frontal de los animales.
Este registro permitió saber que algunas neuronas se activaban no solo cuando el cuerpo del mono era tocado, sino también cuando un objeto se aproximaba a él.
Además, la estimulación directa a estas neuronas hacía que los monos movieran la cabeza y los miembros por reflejo, como si intentaran protegerse. En algunos casos hacían muecas y cerraban los ojos, volteando la cabeza a un lado, y colocaban lo brazos en una posición defensiva.
Los experimentos no llegaron a repetirse en seres humanos, pero incluso así existe evidencia de que determinadas áreas del cerebro humano tratan de forma específica el espacio peripersonal. Por ejemplo, un derrame cerebral en el lóbulo parietal posterior derecho, hace al paciente incapaz de recibir estímulos peripersonales en el lado izquierdo del cuerpo, pero si puede percibir objetos más distantes, fuera del espacio peripersonal, en ese mismo lado.
El truco sensorial.
Regresemos a la ilusión de la mano de goma. En el famoso truco, un pincel toca la mano de goma y la mano del voluntario al mismo tiempo para, después de algunos instantes, solo hacerlo con la mano de goma, pero el voluntario sigue experimentando la sensación como si se tratara de su mano real. Esta ilusión no funciona si la mano de goma se encuentra muy lejos de la mano real.
En este nuevo estudio, donde se involucró a 101 voluntarios adultos, se hizo un cambio importante en el experimento: la mano de goma nunca era tocada de forma directa, sino que el pincel era movido un poco por encima de la superficie de goma, mientras que el otro pincel si tocaba la mano real.
Es decir, el voluntario sentía el toque del pincel al mismo tiempo que veía el pincel moviéndose en el aire, por ejemplo, a 10 centímetros sobre la mano de goma. La sensación que informaron los participantes variaba desde una “fuerza magnética” hasta un “campo de energía” entre el pincel y la mano de goma.
Era como si el pincel estuviera tocando una barrera invisible. Y, de la misma forma que en el experimento tradicional de la mano de goma, los voluntarios sentían como si la mano fuera de ellos.
Entonces los científicos empezaron a hacer pruebas. Descubrieron que la ilusión se esfumaba a entre 30 y 40 cm de distancia de la mano de goma, lo que aparentemente es el límite de espacio peripersonal para cualquier parte del cuerpo.
La ilusión también desaparecía si una barrera se colocaba entre la goma y el pincel, lo que sugiere que cuando existe una barrera física, hasta allí llega el espacio peripersonal.
Graziano comentó que “se trata de un estudio maravilloso. Durante décadas la neurociencia de los lóbulos parietal y frontal ha sumado conocimiento sobre un margen de seguridad espacial en torno al cuerpo. Ahora tenemos una forma inteligente de llegar a este fenómeno a través de una ilusión que es fácilmente aplicable en el laboratorio”.
Referencias: The magnetic touch illusion
El artículo La ilusión que te hace sentir un “campo de energía” alrededor del cuerpo fue publicado en Marcianos.
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