En determinado momento y por motivos que sinceramente no recuerdo me dejó de gustar el trabajo de Christopher Nolan, empecé a verlo como un sujeto arrogante y con un ego más largo que la duración de sus películas. En medio de mi insensatez creía que las películas eran productos que debían medirse con una regla de bien o mal, y con esa mentalidad me dirigí al cine a “disfrutar” de Interstellar.
Recuerdo que ese día del 2014 salí del cine un tanto alegre de que no me haya gustado. Así como lo leen. Más allá de perder el tiempo y el dinero, el hecho de que no me haya gustado una película de Nolan, de algún modo, me hacía una mejor persona que esos descerebrados que se pusieron a llorar en pleno cine.
Hoy tengo mucha envidia de esas personas que se sentaron en las butacas con el corazón abierto y tuvieron un primer contacto con Interstellar. Tuve que ver la película varias veces, y no precisamente para entender la física, sino el mensaje que plasmó Christopher Nolan sobre el amor. Y dicha comprensión solo fue posible después que mi primer hijo vino al mundo.
Hay cierta tendencia a considerar el amor sentimental como una cosa de adolescentes. Relacionamos el sentimiento más grande que existe con personas débiles, por eso cuando Interstellar deja de lado la ciencia y la lógica para decirnos:
“El amor es la única cosa que somos capaces de percibir que transciende las dimensiones del tiempo y del espacio. Quizá debamos confiar en él aunque todavía no terminemos de entenderlo”
… queda claro que sonaría muy amargo en nuestra boca. ¿Dónde quedó el pesimismo y la tragedia de Memento, qué fue del director de la duda en Inception, dónde está el ser humano que hizo un ensayo sobre la maldad y el heroísmo en Batman? ¿Qué clase de historia es esa del amor? ¿Amor y Christopher Nolan? Eso es como el agua y el aceite.
Pero es real. Interstellar viaja por el cosmos, atraviesa galaxias y entra en un agujero negro para recordarles lo obvio a los seres humanos. El amor es más grande que todo. Declarar esto aquí en la Tierra, en Internet y en este sitio puede parecer insignificante. Pero si el universo trabaja con escalas para recordarnos constantemente nuestra insignificancia, Interstellar pone a su protagonista al interior de uno de los mayores misterios de la física para hablar sobre el amor fraternal.
Y aunque Neil deGrasse Tyson se quede calvo intentando encontrar los errores desde un punto de vista científico, el objetivo de Interstellar nunca fue hacer apología de la física y los viajes interplanetarios. Su verdadero mensaje queda expuesto apenas en los primeros segundos, antes de que el nombre aparezca en la pantalla. Cuando el polvo cae sobre la nave de Murph, y Cooper intentando comunicarse con ella. De inicio a fin Interstellar es una película sobre un padre y sus hijos.
El héroe que existe dentro de cada padre, madre o cualquiera que haya pasado una noche en vela para cuidar de una fiebre. ¿Qué diferencia hay entre meterse a un agujero negro o recibir un tiro para defender a un hijo?
Interstellar no es una película difícil, mucho menos complicada. Es demasiado simple, lo único que debes hacer es apuntar el corazón en la dirección correcta. Cuando la vi en 2014 aún era un sujeto cuya única función existencial era la auto-idolatría, el universo entero girando en torno a mí mismo. Sentía el amor, pero no lo comprendía. Mis padres, mi novia y mis amigos. Quién diría que ese sentimiento tan presente en mi vida esperaba a desbordarse para ahogarme por completo.
Mi primer hijo cambió todo. Fue un agujero de gusano en mi vida, el mismo que me condujo a otra galaxia, cambió mi percepción y puso al amor en la cima de todas mis prioridades. El amor por mi hijo es el combustible que impulsa mi Endurance. Y solo después que él vino al mundo pude comprender mejor otras cosas, una de ellas fue Interstellar. Cuando Cooper dice “…estamos aquí para ser los recuerdos de nuestros hijos” o “cuando eres padre, eres el fantasma del futuro de tus hijos”, las frases me pegaron de lleno. Me desarmaron por completo.
Entonces comprendí que vivía equivocado. Y solo quien encuentra sus errores puede llegar a la verdad. El amor es inconmensurable, ya lo entendí Nolan, muchas gracias.
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