Si se mira la fachada de la casa en Chaonei No. 81, una mansión abandonada de estilo barroco situada en el vecindario de Chaoyangmen en el distrito de Dongcheng, en Beijín, uno pensaría que es una verdadera pena que un lugar tan bello como ese se encuentre deshabitado.
Sin embargo, los habitantes de la localidad conocen la verdadera historia que provoca que esta construcción se mantenga deshabitada desde hace más de medio siglo: es una casa habitada por la muerte.
La leyenda más vieja nos remite a la victoria de los comunistas frente a los nacionalistas en el año de 1949, fecha en que un funcionario de gobierno de alto rango huyó de la casa para refugiarse en Taiwán, dejando atrás a su esposa – o quizá su amante – para que se valiera por sí misma. Hundida en desesperación, la mujer se quitó la vida colgándose de una de las vigas de la casa. Y desde aquel fatídico día, se cuenta que su fantasma habita en aquella mansión.
Aunque los historiadores han sido incapaces de corroborar la veracidad de la leyenda, sí mencionan que los registros en torno a ese año fueron desaparecidos o destruidos.
Aquellos que viven cerca de Chaonei No. 81 aseguran escuchar lamentos que alcanzan un punto álgido durante las tormentas. Por otro lado, una serie de desapariciones ha sido relacionada con la casa, sucesos que se remontan a los orígenes de esta propiedad.
Los historiadores apuntan que la construcción fue edificada por un sacerdote inglés, y el objetivo original era usarla como iglesia. Sin embargo, este personaje desapareció antes que la construcción fuera terminada. Cuando los investigadores registraron la casa, encontraron una cripta secreta que conducía a un túnel, mismo que recorría un camino oscuro hasta el vecindario Dashanzi en el noroeste.
No mucho tiempo después que tomaron posesión de la casa en 1960, los Guardias rojos abandonaron Chaonei No. 81. La casa cayó en el completo abandono, haciendo que la superstición de la gente creciera aún más en torno al lugar. “Incluso en la década de 1970, la gente creía que la casa estaba embrujada”, dijo Li Yongji, que creció cerca del sitio, en una entrevista a The New York Times. “Cuando niños jugábamos a las escondidas en la casa, pero nunca nos atrevimos a entrar por cuenta propia”.
Una leyenda más reciente dice que en el año 2001, una cuadrilla de trabajadores de la construcción que renovaba un sótano adyacente a Chaonei No. 81, creyó que sería divertido romper la delgada pared que separaba las propiedades. Supuestamente jamás se les volvió a ver.
La gente que pasa frente a Chaonei No. 81 asegura experimentar una profunda sensación de miedo o aprensión. Se dice que durante los húmedos meses de verano, el pórtico de la mansión es mucho más frío que cualquier otra entrada con sombra.
La especulación sobre la casa era tan popular entre la juventud china, que un estudio cinematográfico hizo una película de terror en 3D en este sitio, la obra de 2014 se titula “La casa que nunca muere” (en traducción libre).
La mala reputación de la vivienda y su deplorable estado hacen que sea difícil de ofrecer a potenciales compradores. Los agentes de bienes raíces estiman que tan solo la renovación implicaría una inversión de US$ 1.5 millones. Desde hace algún tiempo, la diócesis católica de Pekín es dueña de la casa, y niega cualquier rumor sobre los fenómenos paranormales del lugar. Para reforzar esto, afuera de la casa puede encontrarse una inscripción hecha con tiza que reza “aquí no hay fantasmas”.
Sin embargo, en el interior de Chaonei No. 81 es posible encontrar grafitis que advierten a los visitantes: si sabes lo que te conviene, deberías salir del lugar.
El artículo Chaonei 81, la casa de la muerte en Beijing fue publicado en Marcianos.
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