Las catástrofes naturales, como el propio nombre lo sugiere, son eventos de la naturaleza que resultan en una amplia destrucción. A lo largo de la historia, el planeta Tierra ha sido escenario de distintos eventos de este tipo, pero determinar cuál fue el más “poderoso” supone todo un debate. Básicamente, el daño provocado por las catástrofes naturales puede ser medido a través de dos parámetros: por la cantidad de energía que liberan y por el número de vidas que se cobran.
La mayoría de los análisis tienden a enfocarse en el número de muertes, por lo que hoy tomaremos en cuenta el primer parámetro. La siguiente lista es un resumen que muestra el poder de cada clase de desastre natural, la cantidad de energía que liberó y como se comparan entre sí.
Los huracanes.
Estimar el poderío de los huracanes prehistóricos basándose únicamente en los registros geológicos es muy poco preciso. Sin embargo, en el marco de la historia humana es posible señalar cuál ha sido el huracán (tifón o ciclón tropical) más poderoso hasta la fecha.
Entre los principales candidatos se encuentra el tifón Haiyan, que impactó contra las Filipinas en el 2013 con rachas de vientos que superaban los 314 km/h. En el Hemisferio Occidental, muchas veces se refiere al huracán Patricia como el más poderoso, este fenómeno meteorológico tuvo lugar en el occidente de México en 2015 y alcanzó rachas de vientos de hasta 325 km/h. Sin embargo, según los registros, el título del huracán más poderoso corresponde al súper tifón Nancy que impactó contra Japón en 1961, con rachas de vientos que alcanzaban los 346 km/h.
¿Y cómo se traduce eso en poder? Una estimación de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (National Oceanic and Atmospheric Administration, NOAA) apunta que un huracán promedio libera 600 billones de joules en energía por segundo durante las formaciones nubosas, con un extra de 1.5 billones de joules liberados en energía cinética a través de los vientos.
Entonces, estos tres huracanes que tuvieron poderes similares, liberaron al menos varios cientos de billones de joules por segundo.
Terremotos.
Los científicos miden el poder de un terremoto a través de la escala sismológica de magnitud de momento (MW). No se trata de una escala lineal, sino logarítmica; por ejemplo, una clasificación de magnitud 2 equivale a un sismo con aproximadamente 30 veces más energía que uno de magnitud 1.
Los terremotos previos a los registros sísmicos humanos son difíciles de cuantificar en términos energéticos. Entre los que sí se han cuantificado, en términos de energía total liberada, el más poderoso puede ser un terremoto registrado el 22 de mayo de 1960 que tuvo lugar en el sur de Chile. Clasificado como un sismo de magnitud 9.5, el evento habría liberado 8.3 trillones de joules de energía en apenas unos cuantos segundos.
¿Cómo se compara con un huracán? Bueno, supongamos que tenemos un huracán promedio con una duración de 24 horas. Eso significa que en un solo día habrá liberado alrededor de 53 trillones de joules de energía. Así, el terremoto más poderoso ni siquiera se aproxima a los huracanes promedio.
Erupciones volcánicas.
Las erupciones volcánicas producen flujos de lava, ceniza y liberan una enorme cantidad de energía cinética y sonora a través de las explosiones, entre otras cosas, por lo que no son ningún juego de niños. Aunque generalmente las erupciones con flujo de lava emiten más energía, las erupciones explosivas, como el evento de mayo de 1980 en el Monte Santa Helena, producen más energía por segundo.
La más poderosa en los últimos 500 millones de años fue la que formó La Caldera de la Garita, un supervolcán extinto que se sitúa en Colorado, Estados Unidos. En cuestión de horas o unos pocos días, expulsó 5 mil kilómetros cúbicos de lava y ceniza a través de enormes exhalaciones volcánicas y flujos piroclásticos, suficientes como para sepultar al estado de California bajo 12 metros de desechos volcánicos.
A manera de comparación, la bomba nuclear más poderosa detonada a la fecha, la Iván, liberó 0.2 trillones de joules de energía, mientras que una erupción hace 28 millones de años implicó la liberación de más de 1,050 trillones de joules de energía, hablamos de un poder 5,000 veces mayor que los esfuerzos humanos. Hasta ahora, este es el desastre natural más poderoso del que se tenga conocimiento.
Impactos de asteroides.
Cuando un cometa o asteroide se impacta contra la Tierra se producen tormentas, tsunamis, fluctuaciones en la temperatura global y, principalmente, son capaces de cubrir el cielo con hollín, imposibilitando la fotosíntesis y aniquilando cadenas tróficas enteras.
Sin embargo, la energía cinética de este tipo de impactos ya es suficiente para que temblemos de miedo. El asteroide de 10 km que terminó con los dinosaurios liberó un estimado de 543,000 trillones de joules de energía. Eso equivale a diez mil veces más que un día de huracán.
El evento más poderoso en la Tierra involucró a un protoplaneta del tamaño de Marte llamado Theia que colisionó con nuestro planeta durante las primeras etapas de su desarrollo. Se teoriza que el impacto habría arrancado un trozo de la Tierra, mismo que pasó a formar parte de nuestra Luna. Ese poderoso evento habría liberado increíbles 1 x 1030 joules de energía, equivalentes a 1.84 millones de impactos de asteroides como el que mató a los dinosaurios. En términos de liberación de energía, este evento no puede ser igualado en la Tierra.
Extinciones en masa.
Si nos inclináramos por el número de víctimas, incluso el desastre natural más devastador en tiempos de los humanos ni siquiera se aproximaría a los eventos más mortales del pasado primitivo: las “extinciones en masa”.
Estos son periodos prolongados de tiempo en que los índices globales de especies se mantienen muy por debajo de los índices de extinción. Aunque no se les considere “desastres naturales”, se trata de fenómenos complejos casi siempre con más de una causa natural. En muchos casos, los científicos no llegan a un consenso sobre qué factor tiene una mayor responsabilidad.
Los cinco eventos de extinción masiva más conocidos acontecieron hace entre 443 y 66 millones de años: cambios climáticos, fluctuaciones químicas en el océano, vulcanismo en masa e impactos de asteroides; todos son culpables en diferente medida.
El impacto del meteorito que exterminó a los dinosaurios, a casi todos los mamíferos y la vida marina hace 66 millones de años puede ser el más famoso, pero no fue el más “destructivo”. Aniquiló alrededor del 75% de toda la vida en la Tierra, pero la “Gran Mortandad”, o extinción masiva del Pérmico-Triásico, hace 252 millones de años, aniquiló a un 96% de todas las especies del mundo tras un prolongado vulcanismo a escala global que terminó devastando el clima mundial. Todo ser viviente en la actualidad desciende de ese 4% de especies sobrevivientes.
Y lo más preocupante es que la mayoría de los científicos converge en que estamos atravesando una sexta extinción en masa, aunque no tan natural como las del pasado. Especies en todo el mundo desaparecen gracias a los efectos perjudiciales que nuestra especie ha provocado al planeta.
Si tuviéramos que elegir de forma absoluta una causa de desastre natural para un efecto de extinción masiva, la actividad volcánica durante la Gran Mortandad tendría que ser la más “poderosa”. Al depositar tanto dióxido de carbono en la atmósfera, el clima cambió tan rápido que casi toda la vida en la Tierra desapareció. Sin embargo, también podría argumentarse que las alteraciones en el clima inducidas por esa (y otras causas) fueron las verdaderas responsables de la mortalidad.
En cualquier caso, parece que un cambio climático es el presagio más grande de muerte, una lección que nuestra civilización campeona en emisión de gases invernadero parece no tener intenciones de aprender.
El artículo Los desastres naturales más poderosos en la Tierra fue publicado en Marcianos.
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